DEL DECIR Y DEL HACER

Vamos a hacernos algunas preguntas. Porque el show este del Pedro y del Pablo solapa otras cuestiones no menos importantes, que tienen que ver muy directamente con la llamada calidad democrática de esa cosa llamada España que,  ahora mismo, más que un presidente del gobierno necesita de un psiquiatra. Por ejemplo: todos tenemos noticias o hemos oído y/o leído transcritas las famosas grabaciones del excomisario Villarejo, acusando e involucrando a diestra y siniestra. Todos, así mismo, somos plenamente conscientes de la veracidad de la existencia de una policía política al servicio del gobierno de Rajoy, capitaneada por el exministro Jorge Fernández Diaz que, en cualquier sitio civilizado, habría comportado, de ipso facto, dimisiones, ceses y un escándalo supremo. ¿Por qué la justicia en esa cosa llamada España, es tan selectiva a la hora de emprender acciones inmediatas, o retrasar estas o incluso impedirlas, en función de quien se vea involucrado? ¿Por qué ningún juez ha llamado a declarar al citado Jorge Fernández Díaz, en relación a esa policía política que creaba pruebas falsas contra sus adversarios políticos y no se han sustanciado en una denuncia y acusación? ¿Por qué el PP, el P$OE y C$,  impidieron que se creara una comisión de investigación en el congreso y en el Parlament de Catalunya, sobre las grabaciones de Corina zu Sayn-Wittgenstein, en las que revela que el rey emérito cobraba comisiones y que la utilizó a ella para sus operaciones financieras en Suiza y la compra de propiedades en Marruecos? Tampoco debe parecer muy importante para PP, P$OE y C$, que en dichas grabaciones se revele que el rey emérito se acogió a la amnistía fiscal declarada inconstitucional, ni que pidiera dinero para el instituto Nóos, cuya gestión llevó a la cárcel a su yerno. Y otra pregunta más con no menos enjundia: ¿ por qué la gente en este país no sale a la calle durante días, como hemos visto que se hace en sitios como Francia y Hong-Kong, hasta que la fuerza de la calle obtiene lo que exige de sus dirigentes? Recordemos que el movimiento del 15-M no lo promovió ni impulsó ningún partido o sindicato, sino que fue un movimiento surgido de las bases sociales a través de la redes. Recuerdo haber escrito en su día, en la primera gran huelga y manifestación del 8-M, que con una acción de un día no bastaba porque el 9-M las cosas para las mujeres seguirían igual, como lamentablemente hemos comprobado posteriormente, hasta el punto de que ya parece habitual que todos los 8-M tengan que hacer lo mismo, con el mismo resultado efectivo, igual a cero.

Que me parece muy bien que queramos estar entretenidos con el show del Pedro y del Pablo, uno empeñado sospechosamente en no perder ni un solo sillón del consejo de ministros, como el otro de obtenerlo. ¿Acaso la portavoz del gobierno, la señora Isabel Celaá, ve normal que, ante una pregunta de una corresponsal extranjera que aludía a la falta de entendimiento para formar un gobierno de coalición como es práctica habitual en Europa, la portavoz le responda que, poco más o menos, que porque España es diferente? Porque si somos diferente ¿con quien pretendemos entonces igualarnos en práctica, calidad y transparencia democrática? ¿Por qué tenemos que aceptar como normal una cosa tan anormal, como la actitud de Pedro Sánchez a la hora de recabar los votos que precisa para gobernar, de modo y manera que parezca que su incapacidad para negociar y ceder sea responsabilidad de los demás y no suya, de quien tiene que formar gobierno? ¿Por qué le tiene tanto miedo Pedro a que Pablo entre en el consejo de ministros, después de que todos hayamos podido ver al Pablo decirle al Piqueras de Tele5, que ellos no iban a ser desleales ni imponer líneas rojas? Fue una bajada de pantalones pública y en toda regla y, aun y así, Pedro sigue inflexible en su postura de negociar nada que implique lo que por fuerza necesita para gobernar. ¿Será que por que Pedro confía en convencer a los españoles de que si no ha podido formar gobierno, ha sido por culpa de los demás y no por su inflexibilidad y de que, por ello, se ve “obligado” a convocar elecciones en noviembre? Se está marcando un Rajoy, porque recordemos que la filosofía negociadora de Rajoy consistía, básicamente, en imponer su voluntad o eran los demás los responsables de la falta de acuerdos. La misma filosofía rajoniana es, por tanto aplicable a Pedro Sánchez. Un síntoma inequívoco del servilismo y sumisión de un pueblo, lo encontramos en su nula capacidad de autocrítica hacia quien vota, al tiempo que se vuelve condescendiente con lo votado, hasta el punto, inclusive, de justificar su mal gobierno.

Todos, absolutamente todos, sin excepción, los presidentes socialistas, han acabado por mentirnos y cuando no traicionarnos de una u otra forma, en mayor o menor gravedad. ¿Por qué este iba a ser distinto cuando, además, presenta claros síntomas de sentir una especie de alergia a configurar un gobierno de coalición con otras fuerzas de izquierdas y, por otro lado, no deja de apelar al sentido de estado de la derecha para que esta le ayude, por acción u omisión, a gobernar? Solo los más enfervorecidos fanáticos defienden sin una sola duda, sin el menor resquicio de duda, a un tipo que ha cambiado como de la noche al día en relación a aquel Pedrito del utilitario con el del Falcon. Personalmente me importa una P M lo que digan las encuestas por lo que estas han sido históricamente manipuladas y cocinadas por todos y cada uno de los distintos gobiernos que ha habido en esa cosa llamada España. Como si estas dicen que la gente decide tirarse del puente en caída libre cual turba de zombis, porque Pedrito me llena de dudas y sospechas, ya desde el inicio de la creación del personaje heroico que se enfrenta al poder, para acabar siendo parte del sistema, de la casta política y supeditado a los dictámenes de quienes de verdad ostentan el poder. Postergar la creación de un nuevo gobierno basándose en una nueva convocatoria de elecciones para noviembre, denota por un lado muy poco interés por hacer frente a los graves problemas que acucian a millones de españoles y, por otro lado, tampoco garantizan que unas nuevas elecciones nos vayan a dar como resultado un teatro muy distinto al actual, porque quizá lo que pretenda Pedrito es hundir a Unidas-Podemos para, posteriormente, “no tener más remedio” que coaligarse con C$, que ha sido desde los inicios el aliado preferido de los de Ferraz. No quiere a Unidas-Podemos en un gobierno de coalición porque eso significaría darle alas a quienes considera sus adversarios directos más que sus aliados naturales, amén de tener en el consejo de ministros a alguien que iba a fiscalizar su acción de gobierno, haciendo caso omiso, por añadidura, a aquel ya famoso clamor de su propio electorado de “¡Con Rivera no!”. Algunos tenemos ya una edad y hemos visto cómo se ha manejado en la práctica un gobierno socialista en este país, que nos distancian de esos dogmáticos que se creen a pies juntillas que el P$OE es un partido obrero, socialista y republicano. Como dicen por allá abajo: y una leche migá con sopas gordas.  Ni el mismísimo demonio es perfecto porque, incluso a este, a veces, se le olvida algo.

A más ver

Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario