Tras unas elecciones siempre surgen penas y alegrías de unos y otros. Unos ganan aquí, otros allá, otros pierden acullá…y uno cree que, más allá de los triunfos de unos y las derrotas de otros, el resultado de estas elecciones, sobre todo municipales y autonómicas, me lleva a interpretarlo como la enésima constatación de que este país no tiene remedio, porque no tiene ni ética ni moral y, en el caso de que las tuviere, se la repampinfla. Yo solo pretendo recordarles a esos “socialistas”, que se muestran tan orgullosos de sus triunfos hoy, que están vitoreando, aplaudiendo y llenando sus corazones de júbilo por la victoria de un partido que cometió unos crímenes de estado execrables, que nunca denunciaron un concordato con la santa sede que es inconstitucional y lo sigue siendo, que el tal Zapatero se pasó la soberanía del pueblo por el arco del triunfo y reformó la constitución, esa que dicen que cuesta tanto reformar, con nocturnidad y alevosía, de la manera más antidemocrática y barriobajera posible: pasando de la opinión de los afectados por una reforma implementada a espaldas de estos; de estos que hoy, precisamente, vitorean y aplauden a traidores, mentirosos y corruptos. Esto no es una opinión política: son hechos incontrovertibles y axiomáticos que no voy a entretenerme en discutir con nadie porque no admiten discusión.
Quizá la culpa sea mía y creáis que tengo el “paladar democrático” demasiado fino, que soy demasiado exigente, que no debo andarme con historias ya pasadas de aguas que no mueven molino; no sé: que llevar un lacito amarillo es un crimen de lesa humanidad y que los miles de millones de euros que nos cuesta la corrupción, sea calderilla para nosotros, que vamos sobradísimos y nos lo podemos permitir sin castigar a los responsables. Me he pasado toda mi vida intentando distinguir el bien del mal de modo y manera que, cuando algo me parecía que estaba mal, actuaba en consecuencia. Quiero decir con esto que cuando algo nos parece que está mal, hay que hacer algo para remediarlo, para solucionarlo, para minimizar los daños y procurar que no vuelva a ocurrir. Pero veo que no. Veo que tanto os da que os engañen una y otra vez, que acudís al panal de rica miel esperando que no os piquen las abejas que siempre os acaban picando. Como sabéis, yo no voto a Unidas-Podemos porque estoy por otras vainas. Pero me gustaría saber, de boca de un socialista, o de su pluma, qué crimen tan horroroso han cometido los podemitas, comparados con los cometidos realizados en el ejercicio del poder por parte de esos de Ferraz que se dicen, imagino que de broma, socialistas y obreros. Me gustaría que un socialista me dijera cuantas veces han violado la constitución los Podemitas. O en cuantos sumarios por corrupción se han visto envueltos. A cuantos de estos y por qué, los hemos visto entrar en prisión. Y de paso, me gustaría que me explicara algún socialista qué medidas han tomado en la última década beneficiosa para los trabajadores, sin la presión que han recibido de los podemitas, precisamente, para implementar la subida del SMI a 900 euros. También, y de paso, me gustaría que me explicara ese mismo socialista cómo se puede ser socialista, republicano y al tiempo, devoto admirador de esta monarquía mil veces corrupta. No sé. Es que siguiendo el razonamiento de eso que se llama P$OE; que ahí es nada: socialista y obrero, yo puedo perfectamente mañana declararme la nueva reina de Inglaterra. Ay, dios, que me da algo. Ya comprendo, y hasta comparto, que uno no es muy inteligente y que no tiene muchas luces, así de mal me ha ido en la vida, imagino; pero hombre, una cosa es eso, y otra que te creas que tengo el coeficiente intelectual de una alcachofa, con todos mis respetos para las señoras alcachofas, que con un poquito de aceite de oliva están para comérselas.
Evidentemente que estas elecciones tienen múltiples lecturas y derivadas, como que, por ejemplo y en lo que se refiere a las europeas, hemos vuelto a consolidar aquello que parecía superado del bipartidismo, como se ha constatado que Puigdemont sigue muy vivo a pesar de todo lo que se ha intentado contra él, ganando en Catalunya de forma clara e incuestionable, lo que le permitirá acceder al parlamento europeo y decir: somos los del 1-0 y hemos ganado en Catalunya. Los partidos que hace poco se presentaron como los hacedores de la “nueva política”, C´$ y Unidas-Podemos, se han pegado un batacazo de padre y muy señor mío: los de Rivera porque si, en las peores horas del PP, no han conseguido superarlos y su discurso en Catalunya les lleva a doblar el número de alcaldías que tenían hasta ahora, quiero decir: 0 x 2 = 0 patatero, poco más de recorrido parece que vaya a tener el andoba ese de la nariz 6 en 1. Aunque, eso sí, ambas fuerzas parecen ser decisivas en algunos sitios para la configuración de la nueva legislatura en algunos ayuntamientos, sobre todo. Cosa que y por ejemplo, demostrando la solidez de su ideología, le ha llevado a Rivera a afirmar que ellos quieren consolidarse como una fuerza bisagra y, por lo tanto, están abiertos a pactar con los socialistas, mientras, al fondo, en segunda instancia, la Arrimadas nos dice que no se trata de pillar cacho.
Seguiremos pues, ya que el llamado “pueblo soberano”, que espera que me levanto del suelo del ataque de risa con lo de soberano porque no tenéis ni preparación, ni mentalización ni cojones para serlo, con todos los frentes abiertos una nueva legislatura más, viendo como esa sacrosanta constitución agoniza por falta de uso, enmohecida, herrumbrosa, sin vida, y volveremos a ver como se eternizan los problemas y, ¿sabéis por culpa de quién?: mía, naturalmente. Mía y de las personas que como yo piensan que esta democracia es una farsa desde la A, a la Z. Mía y de las personas como yo que se han alzado contra esta monarquía pútrida, corrupta, que limita nuestra libertad, la de todos vosotros, que os somete y os humilla con su sola existencia y presencia en la jefatura del estado. Jefe del estado, por cierto, allá donde estés: que et bombin, que es la forma, más elegante, de decir, aquí en Catalunya, que te den por culo, majestad.
A más ver
MANTENERSE HUMANO 